sábado, 6 de junio de 2009

No voto.

Porque al igual que la mayoría de los ciudadanos que hoy decidirán no acudir a votar, no creo que mi vida, mi trabajo o mi felicidad vayan a cambiar algo en función de quien salga elegido.
Porque no he encontrado ningún tipo de respeto hacia los electores ni hacia la inteligencia en la reciente campaña electoral.
Porque aun recuerdo la farsa del ultimo referéndum sobre la constitución europea, donde tras la negativa de los ciudadanos de Francia y Holanda, los jefes de estado y de gobierno decidieron no seguir con las consultas convirtiéndolo en un tratado de obligado cumplimiento.
Porque los políticos profesionales, municipales, nacionales o europeos solo se acuerdan de nosotros cuando necesitan pedirnos el voto, y nos olvidaran y despreciaran hasta que vuelvan a necesitarlo para legitimar su existencia.
Porque gane quien gane seguirán mandando los mismos, los grandes empresarios, los banqueros, y el injusto sistema capitalista.
Porque con mi meditada y consciente abstención estoy diciendo a los políticos que no cuente con mi complicidad, que con mi voto no voy a legitimar su actuación durante los próximos cuatro años, en los que seguro, no volverán acordarse de mi.
Porque estoy harto de derechas e izquierdas, que luego en el parlamento europeo votan lo mismo en el 70% de los casos.
Porque las opciones minoritarias son en la mayor parte de los casos las “marcas blancas” de los grandes partidos, y en el mejor de ellos no tendrán representación suficiente para hacerse oír.
Porque no participar en este circo no me va a privar del derecho legitimo de criticarlo, de denunciarlo o alabarlo cuando lo merezca.
Porque estoy esperando que algún día los electores nos rebelemos contra los políticos profesionales, y planteemos otras formas de administrarnos, más justas, democráticas y equitativas.
Eso sí, paradojas de la vida, el azar ha hecho que me toque pasar todo el día sentado en una mesa electoral, a escasos centímetros de las urnas y las papeletas, recogiendo carnets en vez de pasar el domingo con mis niños en el campo.
Me lo tomo con buen humor, aunque no deja de ser paradójico.

Juan Manuel Mancebo Fuertes
Junio 2mil9
jmanceb@gmail.com
www.bobastro2.blogspot.com