domingo, 17 de noviembre de 2013

El Mater Dai de D Reinaldo

El pasado fin de semana, se celebró en Alhaurín de la Torre, el Mater Dai, con la procesión de las imágenes marianas de las tres cofradías para celebrar el Año de la Fé.
Curiosa, al menos, resulta la polémica surgida entre los vecinos del pueblo que se han enterado, ( me consta que ha pasado desapercibida a la mayoría), tras las instrucciones del párroco D. Reinaldo de realizar la manifestación de Fé con austeridad y discreción, impidiendo acompañamientos musicales, ( a excepción de la banda municipal), el uso de los tronos mayores y limitando el recorrido.

Los periódicos, foros y redes sociales y muchos de los corrillos en bares y plazas, se han dedicado a criticar la austeridad impuesta, en una celebración, que en teoría atendía a la exaltación de una creencia religiosa en el año que el anterior Papa designó para resaltar la Fé de los católicos.
"Deslucida, triste, pobre y hasta ridícula" han sido algunos de los calificativos, incluso de cofrades y creyentes, que han reclamado el boato y ostentosidad, de la Semana Santa en esta salida procesional, que la mayoría han analizado como un evento turístico mas.
Han sido los mismos creyentes y asistentes los que han reflejado su decepción ante la escasa repercusión mediática y la limitada asistencia de publico foráneo, lamentando principalmente su poca repercusión económica en la hostelería local.
No soy yo nadie para hablar de Fé, ni de practicas religiosas, que pertenecen al ámbito personal y por supuesto deben respetarse para todas las creencias.
Pero si que constato la hipocresía e incoherencia de quienes han criticado al cura por limitar una manifestación religiosa a la mínima expresión "escenografica", algo que, dicen los entendidos, se acerca mas a la idea original reflejada en su Biblia que la parafernalia procesional de la Semana Santa oficial.
En el contexto de crisis y sufrimiento social por causas económicas, un ejercicio de austeridad y discreción tiene todo el sentido, independientemente de, ( o incluso, a causa de) las connotaciones religiosas que lleve aparejadas. Procesionar el lujo entre quienes sufren la precariedad impuesta por una situación politicosocial sin precedentes, es una desconsideración, que ademas contradice mensajes de contención y austeridad emitidos tanto desde la sociedad civil como desde la propia estructura religiosa.
Otra cosa es que acordemos que se trata de un espectáculo turístico, organizado y ejecutado para atraer visitas y generar negocio en nuestros bares.
Esto se ha reivindicado hasta la saciedad este fin de semana. Y lo han hecho cofrades y capillitas.
Estoy seguro que D. Reinaldo no quería otra "ruta de la tapa" este fin de semana y que muchos de los asistentes no fueron por razón de Fé. Por eso salieron decepcionados.
Cuando expliqué a D. Reinaldo por que no acudo a las procesiones como concejal, ademas de argumentarle mi convencimiento de que el Estado y sus representantes deben quedar al margen de la participación oficial en actos religiosos para respetar el laicismo constitucional, le trasladé mi profundo respeto a la libertad religiosa y a las distintas formas en que los creyentes de todas las religiones decidan celebrar sus ceremonias.
También le dije que mi asistencia, siendo un no creyente, como mero figurante (en condición de cargo electo) en una procesión, me parecía una falta de respeto hacia los creyentes.
Se que me entendió, como ahora lo entiendo yo a el.

Juan Manuel Mancebo Fuertes
Concejal portavoz de ELECTORES-EQUO
en el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre

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