domingo, 8 de diciembre de 2013

Constitución fósil y desobediencia.

Dice nuestro Alcalde y diputado Alhaurino, que "La constitución, no se toca". Que es el "único escenario posible" y que los que intentan modificarla crean "fractura social y ponen en peligro el consenso y la reconciliación".
A renglón seguido, tras justificar eso si, las políticas de recortes aplicadas por el gobierno dictadas por los mercados, como las únicas posibles, expresa su "asco" ante la decisión del tribunal Europeo de Derechos Humanos, a cuenta de la derogación de la doctrina Parot, argumentando que ni siquiera en este caso, la rebelión o manifestaciones públicas ciudadanas están legitimadas, porque entre otras cosas, tampoco debemos protestar ni desobedecer.
Dos días después, para que lo escrito no se turbe con la primera reacción, me pongo a escribir con un par de ideas muy claras: La constitución, las normas y los escenarios actuales no son los únicos posibles y cuando no funcionan si se deben tocar. Y para ello, la rebelión, la desobediencia y los que nadan contracorriente son absolutamente imprescindibles.

- La constitución debe cambiarse porque permite insostenibles cuotas de desigualdad social y territorial como las que sufrimos, porque no asegura de forma efectiva los básicos derechos a la vivienda, el trabajo, la salud o la educación, porque no es justa ni democrática en la forma de elección de las cámaras o la jefatura de estado, porque da cabida a leyes como la de seguridad ciudadana, que limita libertades y criminaliza la discrepancia y la movilización social. Y debe hacerse, eso si, de una forma mucho mas democrática y participativa, que como los grandes partidos hicieron hace pocos meses para terminar de condenarnos a una deuda injusta y desproporcionada.
- La situación actual no es la única posible, esta pretensión tan insistente de hacernos creer que el camino actual es único, es posiblemente uno de los logros mas relevantes del capitalismo, convenientemente apoyada por los medios de comunicación de masas, en su mayor parte. Pero no, existen modelos alternativos y ejemplos reales en los que se demuestra que la adopción de políticas económicas, sociales y territoriales equitativas y sostenibles, ofrecen una "salida" a la crisis muy distinta a la actual, y con infinitamente menos coste social. Eso si, es necesario que los agentes políticos, trabajen por el bien común, y no para el sistema económico que llamamos "mercados".
-Respecto a la doctrina Parot y en vispera del dia Internacional de los DDHH, los mismos que critican que el tribunal Europeo de los Derechos Humanos derogue una ley que prorroga la estancia en prisión de detestables criminales mas tiempo del que nuestras leyes condenan de forma efectiva, se han llenado la boca estos dias elogiando a Mandela y recordando como de forma injusta estuvo 27 años en una cárcel en sudafrica.
Precisamente Mandela, mas allá del icono en el que nuestra sociedad de consumo va a convertirlo, como hizo con el Ché y otros tantos, es el ejemplo de que la desobediencia, la resistencia y la rebelión sirven para cambiar escenarios, siempre movibles, nunca inmutables. El mundo lo cambian las personas que no se conforman, que no creen que las cosas son de una sola forma y no pueden tocarse. El resto son, como nuestra constitución, tarde o temprano, fósiles.
JM MANCEBO
jmanceb@gmail.com
@jmanceb


No hay comentarios: